Sus mentiras empezaron como el salvavidas que una vez te saca de un apuro. Con el tiempo, se convirtieron en asiduas de sus palabras. Una por aquí, otra por allá...
Parecía que de esta manera, sus relatos iban tomando color y llamaba la atención de aquellos oyentes que tiempo atrás permanecían ajenos.
Al principio, era capaz de distinguir su mentira de su realidad, pero... al final, se metió en un bucle del que era difícil salir, y en el que cada vez se iba metiendo más y más.
El problema fue que era su única víctima. Presa y policía de sus mentiras.
No distinguía su vida real, de la vida paralela que llevaba en su mente y que vivía en sus ratos de ocio. Prefería vivir esa otra vida. Esa, en la que era responsable de todas sus decisiones y nada turbaba lo que opinaba y mencionaba. Esa, en la que todo, todo, era mentira.
CITAS
Lo que me preocupa no es que me hayas mentido, sino que, de ahora en adelante, ya no podré creer en ti.
Friedrich Nietzsche (1844-1900) Filosofo alemán.
El que dice una mentira no sabe qué tarea ha asumido, porque estará obligado a inventar veinte más para sostener la certeza de esta primera.
Alexander Pope