24 de julio de 2009

Un secreto.


- Tengo algo que contarte. Es un secreto, que no puedes contar a nadie. - Mientras lo decía, iba bajando el tono de su voz, hasta que la conversación terminó siendo un susurro.

- Creo que eres tú, la única persona con la que siento la necesidad de abrir mi corazón y mostrarme tal cual soy. Quiero agradecer este tiempo en el que has sido los oídos a todas mis palabras, y los abrazos a todas mis súplicas. Es por ello que tengo un regalo que hacerte. Estoy seguro que harás un buen uso de lo que te entregaré: Te regalo mi mundo, resguardado en esta canica.Te regalo mi mar, escondido en esta caracola. -

Y con estas palabras se esfumó, desapareciendo de la vista. Solo los ojos de quien puede ver, observaron que la cánica cambiaba de color...


23 de julio de 2009

2158

Estamos en el año 2158 de esta era.
Las cosas han cambiado bastante en estos últimos tiempos. Parece no haber nada ya que sorprenda a nadie. Los secretos de la naturaleza se han desvelado. El significado y orden del ADN es lo primero que aprenden los niños cuando comienzan a hablar. Hemos sido capaces de crear el móvil perpétuo, y la discusión del beneficio de las energías alternativas es algo que quedó en los ficheros del pasado.
Controlamos el clima y lo manejamos a nuestro antojo en función de nuestras necesidades.
En el mundo descrito, no existen las sonrisas. Se perdieron los archivos y las fotos en las que aparecían. Nadie sabe que músculos hay que mover. La no percepción de algo, supone la falta de su búsqueda....

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Él, llevaba un objeto en la mano. Era algo extraño, de un color parduzco y de una forma que no podía describirse con ninguna conocida hasta ahora.

Se acercó tímidamente hasta ella. Estaba sentada en una especie de balancín, arropada con una manta. Llevaba varios días enferma, y los médicos no eran capaces de encontrar la causa de su enfermedad. Tenía los ojos cerrados pero no estaba dormida. Prefería aislarse del mundo de esta forma.

Lentamente colocó el extraño objeto sobre su oído.

Un sonido se coló por su tímpano. Era una sensación completamente novedosa, que llenó su cuerpo de una gran paz. Poco a poco abrió los ojos y su boca mostró un rictus indescribible.

Él la miró y le dijo: - Has escuchado el sonido del mar en una caracola. - Y mostrándole un espejo añadió: - Y eso... es una sonrisa. -

17 de julio de 2009

Luna, lunera


No me mires así.
Me da miedo la claridad de tu mirada y la redondez que a menudo presenta tu faz. Quiero evitar el contacto visual contigo. Me asusta que seas capaz de evocar en mí, sentimientos y sensaciones que jamás imaginé que pudiera albergar.

Hoy es uno de esos días, Luna, mi Lunita.
Hoy, debo esconderme de tus ojos, no verte y refugiarme del reflejo de tu luz. Temo los efectos que provocas en mi. Temo las consecuencias de pasar una noche contigo, de tu abrazo y tu arrullo.

El sabor de la sangre se acentúa en mis papilas gustativas. Los sentidos se acrecentan en mí, poco a poco. Incluso me parece escuchar, los avisos que los padres hacen a sus hijos adolescentes, increpándoles a quedarse en casa. Sin embargo, oigo como se escabuyen y salen a escondidas del hogar, y del resguardo de noches como hoy.

Apenas me influye la oscuridad para que sea capaz de encontrarlos más tarde. Me debato entre dos mundos paralelos. Entre lo bueno y lo malo. Entre el bien y el mal. Sin embargo, mi naturaleza no me la posibilidad de elegir.

Hoy... esta noche... ¡es para los licántropos!




(En el 40 aniversario de la llegada del hombre a la luna)

15 de julio de 2009

Curioso, ¿no?

Hoy, he encontrado un hermoso fruto que colmará los duros días de frío.

Lo he visto por casualidad, mientras recorría mi paseo matutino y ya habitual. Estaba medio tapado con unas hojas, pero su redondez y textura ha hecho que me fijase más atentamente y.... ZAS! allí estaba. Como.... como si estuviera esperando que alguien lo encontrara.

Desgraciadamente, ya iba demasiado cargada para traérlo, así que... lo he camuflado como he podido, rogando al cielo para que nadie más lo vea. En cuando pueda, salgo corriendo a por mi preciado tesoro.

Jejeje... ¡Yo que pensaba que el día no me iba a ser propicio!.... pero... mira por donde, me he confundido. Ahora mismo, no hago más que salivar pensando en mi próximo manjar.

He localizado un sitio donde lo he guardado hasta que se presente una buena ocasión para hacer uso de él. Algo así como lo que hacen los bodegueros con sus vinos más especiales. Se trata de una especie de orificio en una roca, que a su vez, está en contacto con la tierra. Yo creo que es el sitio perfecto. Porque está resguardado de los vientos y de la lluvia y creo que permanecerá en sus mejores condiciones.

(.....)



¿Sabéis que un alto porcentaje de los árboles que crecen se debe a las ardillas?
Olvidan donde han guardado las semillas, y éstas con el tiempo terminan por germinar.
Así que... este post, está dedicado con todo cariño a esos pequeños animalitos.



13 de julio de 2009

Mañana


Mañana será otro día.
Mañana prometo fijarme bien en el pie con el que me levante de la cama.
Mañana organizaré el día para poder hacer todo lo que siempre he querido.
Mañana voy a ponerme el mundo por montera y voy a buscar una meta que tratar de conseguir.
Mañana puede ser un buen día para buscar el escondite de la felicidad.

Mañana.....
Mañana..............

y................................ ¿Por qué dejar para mañana lo que se puede hacer hoy?

9 de julio de 2009

Trabajo de Fontanería


Chiiiiissssssssssssssss!!
¿Has escuchado eso? Parece como... como... un tintineo de gotas que caen en algún lugar. ¿No lo oyes? Parecen explosionar cuando en su caída golpean duramente contra el suelo. Plof, plof, plof... PLOF....

Puse todos mis sentidos tratando de filtrar únicamente aquel rítmico sonar, y de pronto, me pareció un sonido familiar. Tan familiar, que de pronto recordé que era yo la fuente de su origen.

No te preocupes. Tan solo es una pequeña fuga en mi corazón. Cuando encuentre el material adecuado lo arreglaré. No es demasiado importante.

En ese momento, acercó su mano hasta mi corazón, y a tientas, buscó la pequeña abertura que dejaba escapar el líquido. Hizo presión con sus dedos evitando que continuara la fuga. Mientras, sonreía y me decía: "¿Ves? Ahora, ya no debes temer que se vuelva a producir".

7 de julio de 2009

Y se marchó...


Y se marchó....
Se fue apagando para siempre ese amor que un día fue el faro más luminoso que hubo en ningún mar.
Se fueron marchitando las ilusiones, mientras su mente solo era capaz de recordar las palabras hirientes que se habían profesado en su última discusión.
Se formó un río de lágrimas por donde se fueron también los anhelos y las sonrisas, las caricias y los te quieros. Todos se fueron navegando en aquel caudal de tristezas. Todos y cada uno de ellos se marcharon, llenando un vacío de oscuridad.
Y se marchó....
Y nunca más su boca volvió a sonreir.


6 de julio de 2009

Evolución.

El otro día estuve viendo uno de esos documentales sobre animales. Si, esos que suelen ser perfectos para echarse una siestecita. No se como, pero en este caso, supongo que porque lo estaban emitiendo por la mañana, no terminé cayendo en los brazos de Morfeo, y es por ello que hoy puedo publicar este post.

El documental en cuestión, trataba sobre los animales depredadores del Amazonas y cuencas limítrofes, de su adaptación al medio y de como utilizan esa adaptación para conseguir sus objetivos, ó lo que es lo mismo: comida.

Me quedé sorprendida al escuchar como algunas arañas y serpientes son capaces de inyectar un veneno, cuya misión es la de paralizar el sistema locomotor de la víctima, ó la de provocarles una parada cardíaca. De este modo, a pesar de tener un menor volumen que sus víctimas, son capaces de llevar a cabo su matarife particular.

Para aquellos animales cuyo volumen es superior, lo que supone una ventaja frente a sus adversarios, la evolución les ha configurado un sistema de rastreo impresionante. De tal modo que, son capaces de seguir a sus víctimas tanto por el campo eléctrico que estas últimas emiten ó por el calor que de ellas emana.

Los seres humanos, nos llamamos evolucionados, pero.... ¿Realmente lo somos?
Hemos evolucionado perdiendo todos nuestros sentidos físicos propios de una evolución.
No somos capaces de ver más allá de unos pocos metros, y en su mayoría sin gafas no somos nadie.
Apenas somos capaces de oir un susurro, así que, el dicho ese de oir un alfiler que cae al suelo, es una falacia total.
Nuestro olfato... al menos para los olores extremos si que funciona. Un buen perfume, una buena colonia, un buen vino... no pasan desapercibidos para nuestro sentido nasal. Claro que tambien un olor pestilente llega hasta nuestro cerebro.
Hemos perdido los dientes de cazadores. En su mayoría terminamos con unos dientes prefabricados, de quita y pon.

Ummmm.. no se.

A mi no me importaría tener un aguijón con un veneno de esos, que en según que casos, utilizar para paralizar a mis enemigos, ó... un sistema de rastreo que te ayude a evitar a según que personas. O... tener la capacidad de oir todo aquello que mal hablan de uno, para poder poner los puntos sobre las íes si fuera necesario.

Eso si sería evolución. ¿o no?

2 de julio de 2009

¡Qué cosas!

¡No entiendo a la gente!
Bueno, teniendo en cuenta el título del blog... supongo que es consecuencia de una relación biunívoca. ¿no?
Pero... nunca dejo de sorprenderme con ciertos personajes con los que uno se encuentra en el día a día de la vida.
Curiosamente, ayer fue uno de esos días, y pese a que no pensaba escribir sobre ello en el blog, al final no he podido evitarlo y he vuelto a mis orígenes. Moleste a quien moleste ;-)


Serían las 5 y pico de la tarde cuando decidí acercarme hasta una famosa cadena de supermercados a comprar unos botes de guindillas que únicamente venden allí, ó al menos a un precio adecuado. Como sólo quería comprar eso, y no quería dejarme llevar por el consumismo, no cogí ningún carro ni carrito ni cesta ni nada. Me fui directa hasta el estante en el que están los encurtidos y busqué el objeto de mi deseo. No suelo ir a ese supermercado, así que decidí aprovechar la ocasión y cogí 3 tarros pequeños.

Me encaminaba hacía la línea de cajas a pagar tan magnífica compra, cuando me crucé con un antiguo compañero de la facultad, al que hacía al menos 6 o 7 años que no veía. Y... aunque esta persona no era más que un conocido con el que únicamente había intercambiado en alguna ocasión alguna palabra, no se porqué, pero me paré a charlar. Supongo en parte por cotillear y saber los designios de la gente de mi promoción, ó por... educación y no saber que era lo correcto en ese caso.

El caso es que me paré. Creo que a él le pasó lo mismo, así que estábamos dos perfectos desconocidos dispuestos a tener una conversación de lo más políticamente correcta, cuando, a la pregunta mía de "¡Hola!¿Qué tal? No te había visto nunca por aquí.¿Estás aquí trabajando? ", apareció la siguiente respuesta:
"Hola. No, llevo dos años en Madrid, pero ahora estoy en el paro desde..... , así que ahora me he venido aquí. Me he comprado una casa con mi novia en ..... y nos la dieron el 25 de Junio. Pero ya estoy viviendo allí con ella. Ya he dado de alta la luz y el agua. Me falta dar de alta el gas. La semana pasada estuvimos con unas velas porque no teníamos luz. Ya tengo los muebles y la tele. Y hemos puesto las lámparas y las cortinas y bla bla bla bla".

Me quedé flipada ante tan extensa contestación. Y... como en estos casos mi reacción suele ser, contestar inversamente proporcional al tamaño de la respuesta, cuando él me preguntó si estaba de vacaciones, porque eran las 5 de la tarde y llevaba en las manos 3 tarros de guindillas, no se me ocurrió otra cosa que decir que "Tengo jornada de verano", cuando... en realidad mi horario sólo es de mañana.

En fin. Cosas que pasan.


1 de julio de 2009

Al son.


En el "Varadero" nunca hay descanso para la música. El son, los tambores, el ritmo, todo muy calentito al ritmo del mejor cubalibre de la zona.
Ese es su reclamo, para que todos los días la gente acuda allí. El boca a boca es su mejor publicidad y la sonrisa de los camareros, su tarjeta de presentación.
Apenas soy capaz de recordar quien me sugirió que me pasase por la calle Asunción aquella tarde, pero nunca olvidaré el número 36.
Desde la calle no se escucha el ritmo frenesí de los tambores ni los timbales, pero una vez dentro, la música se introduce por tus oidos y como si tuviera vida propia, te recorre por todos y cada uno de los poros de tu piel. El son te embarga y mueve tus pies. Casí sin darte cuenta, el baile termina por ser tu acompañante ideal.

El camarero era un chico de unos 18 años. Alto, extremadamente delgado y con una tez muy morena, que miraba a los clientes con unos ojos negros muy grandes, a la vez que sus manos, diestras de un oficio aprendido a fuerza de necesidad, eran independientes de sus ojos para coger todo aquello que fuese necesario en la elaboración de la bebida del cliente. Era incluso, podríase decir, relajante, ver como picaba el hielo y maceraba la menta hasta extraerle toda su esencia.

Me senté en una mesita, mientras saboreaba mi mojito. Desde la posición en la que me encontraba, me sentía un observador privilegiado. En ningún momento los ritmos cesaban. Parecía que todo se moviera al son de unos latidos de un corazón invisible. Los músicos, en su esquina particular, tocaban según les venía en gana. Ahora una canción para dejarse mecer por la pareja, ahora otra, cuyo origen podría ser el mismo infierno, por el ritmo tan tribal y brutal que se desprendía, y los bailes tan sugerentes que provocaba.

Entre las mesas, como pez en el agua, se movía la negra más negra que yo nuncá ví. A pesar de su volumen, parecía que el suelo se movía y la desplazaba suavemente por el. Aquellas enormes caderas, quizás la consecuencia de un número de partos numeroso, se iban contoneando cuan jovenzuela, mientras iba recogiendo los vasos ya vacíos. Tarareaba la letra de las canciones, y era su voz, el canto de las sirenas que, una vez lo escuchas, no puedes jamás olvidar.

(.....)